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Momentos.

El trompetista centroamericano camina por las desiertas calles de Villa Gesell sin rumbo aparente. Es de noche y el clima es caluroso. Se detiene en una esquina y lo ve. Escondido en las sombras, solitario, se encuentra Spiderman. Lo llama por su nombre. El se acerca. Se abrazan. El trompetista se pone a tocar una bella canción con su instrumento. Spiderman baila. Un tren de la alegría se acerca desde la avenida. Spiderman se trepa a un cartel señalizador de calles y lo saluda. Después de unos instantes, se baja, lo persigue y se sube a él. El trompetista lo saluda con mas música y lo ve partir. Luego simplemente se va, a seguir vagando por este pueblo donde cosas así suceden.

Desde el auto de mis padres, esperando a que me traigan mi valija, soy testigo de este mágico momento que quedará grabado en lo mas profundo de mi corazón.


Relato 100% real.